Irán frente al declive de su ideología radical
Sin ánimo de impudicia, Imán Reza Alivif no oculta su sorpresa al describir lo que significó llegar a Caracas, procedente de su natal Irán en 2008.
"No podía creer -describe Imán, con un vozarrón mezclado entre el castellano y el persa-, cómo las mujeres lucían faldas tan cortas; los hombres usaban el cabello largo y no había problema en que en la playa de Macuto pudieran estar los dos juntos y flirtear a cualquier chica sin que fuera un pecado que se puede castigar con latigazos".
Cuando se cumplen 30 años del triunfo de la revolución islámica de Irán, que cambió la faz de esta religión y trastocó la Historia del Medio Oriente y el equilibrio político del mundo, Imán es el reflejo más evidente de lo que hoy es ese país, en el que "casi todo" está prohibido y quiere aparentar que todo está controlado por Dios.
Con el triunfo de la revolución del ayatolá Ruholá Jomeini, Irán se convirtió desde febrero de 1979, y por vía constitucional, en una teocracia, en la que las mujeres lucen omnipresentes, los hombres son los todopoderosos, y la cultura de Occidente es vista como la representación malsana de Satán en la Tierra.
Farhad Khosrokhavar, profesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales del Centro Cádiz, en Francia, asegura que "el problema hoy en Irán es que ser opositor significa "reformista", querer una apertura, y el Estado se ha blindado contra eso. Hay un Guía Supremo, que es el ayatolá Alí Jamenei, quien decide quiénes están o no aptos para gobernar, él tiene la última palabra".
Las elecciones parlamentarias de 2004 abrieron las puertas del Parlamento a una mayoría conservadora, pero las de 2005 desembocaron en la elección del presidente Mahmoud Ahmadinejad, quien ha aumentado la represión contra los reformistas y los moderados.
Ahmadinejad a la tarima Irán no es propiamente una dictadura, existe el derecho al voto y se respeta la propiedad privada. "El problema en lo político es que los candidatos están supeditados a la aceptación del Consejo de Guardianes de la Revolución, y quien no sea pro islamita queda desterrado de la política; sin embargo un reformista como Mohamed Jatami ganó en 1997, por lo que todo depende de la influencia del pueblo", agrega Khosrokhavar.
Con Ahmadinejad, los iraníes reavivaron su nacionalismo. El mandatario mantiene ahora una disputa con Occidente por su programa nuclear, lo que ante todo le ha favorecido políticamente y de seguro le permitirá ser reelegido este año.
No obstante, cuando llegó al poder, el mandatario afianzó las bases del conservadurismo, cambiando no sólo los cargos políticos, sino también los universitarios y académicos, por lo que muchos han tenido que abandonar la vida pública.
Ahora el Ministerio de la Guía Islámica, que regula las andanzas de la sociedad, ha reemprendido su tarea represiva contra la prensa, limitando las expresiones culturales , sexuales y, ante todo, las políticas.
Para muchos analistas occidentales es difícil que Irán aplique grandes reformas a su sistema en estos momentos, por lo que la oposición moderada y reformista tendrá que seguir batallando para que algunos derechos les sean permitidos.
Ante esta realidad, Khosrokhavar es claro: "Mientras el país se sienta amenazado, los reformistas estarán vinculados al enemigo, por lo que el ala radical siempre será apoyada".
Frank López Ballesteros
EL UNIVERSAL
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